sábado, 30 de agosto de 2008

Comienza el espectáculo... One more time


Los resultados del PET están listos al día siguiente. Al mediodía, al salir del trabajo, me escapo a la clínica López Ibor a recogerlos. Hace frío, y está lloviendo. Mala señal, pienso mientras bajo del coche después de aparcarlo en la zona ajardinada de la clínica. El corazón me late deprisa cuando llamo al mismo timbre del día anterior, entrego el resguardo correspondiente, y la enfermera me entrega a su vez una bolsa bastante grande. Voy al coche, y lo primero que hago, como siempre, inocente de mi, es mirar al trasluz las placas, llenas de cuadraditos pequeños en los que se supone que están reflejadas las distintas partes del cuerpo de Pilar, cortado en lonchas por la máquina. Como es lógico, no me entero absolutamente de nada, así que abro otro sobre, en el que hay un CD y, por fin, el informe.

A medida que leo el informe me empiezo a venir abajo. El Pet refleja, sin lugar a dudas, que hay un bulto, de unos tres centímetros, en el interior del pulmón izquierdo. Esa es la parte mala. La parte medio buena es que al parecer el bulto está bastante encapsulado, recogidito y con poca actividad, y además, y en esto sí que es categórico el informe, no existe ninguna otra patología en el resto del cuerpo, lo que indica que el alien inicial ha desaparecido por completo. Entre triste, y aliviado, según lea una parte u otra del informe, llamo a Pilar, para ponerla al corriente.

- Buenas. Ya he recogido el PET.
- ¿Y que tal?.
- Bueno. No del todo bien. Resulta que te han detectado un pequeño bulto en el pulmón, de unos tres centímetros de diámetro.
- ¿Y de lo otro, que tal?.
- Nada, bien. Ha desaparecido por completo.
- Ah, pues muy bien, ¿no?. Me quito el bulto, y santas pascuas.

Acojonante. Simplemente acojonante. Es entonces cuando me doy cuenta de que mi mujer no es de este mundo. Se ha tomado la noticia con una alegría que casi da miedo, y ha conseguido que yo también me tranquilice un poco. Cuando llego a casa, está tan contenta. Ya le ha dado la noticia a sus padres, de una forma tan edulcorada que, cuando hablo con ellos, casi están contentos porque ya no tiene nada de lo otro.

Esa misma tarde, sin pérdida de tiempo, le llevamos a G..., el cirujano que operó a Pilar el año pasado, toda la parefernalia, para que nos de su opinión. Lo primero que nos dice, al leer el informe, es que el no es un cirujano torácico, que ese tipo de intervenciones las tiene que hacer otro especialista. Nos quedamos un poco desilusionados con el tema, hasta que, mientras mira una de las placas negras al trasluz, nos dice:

- Vaya. Este es el típico tumor que se le da de perlas operar a mi amigo Sa...

Pilar y yo nos miramos mientras G... sigue mirando placas y le echa un ojo al informe.

- Además está muy definido, muy encapsulado, y en un lugar que a mi, por lo menos, me parece muy sencillo de acceder. Os explico: Sa... opera con una técnica bastante nueva, pionera en España, que se llama radiofrecuencia. El asunto consiste, a grandes rasgos, en meter una aguja que tiene una punta con electrodos que forman una especie de paraguas. Esos electrodos, cuando llegan al tumor, se abren, abrazan el tumor, y lo fríen. Literalmente. La única condición que tiene que cumplir el tumor es que no sobrepase los cuatro centímetros, porque tumores más grandes no se pueden operar con este sistema.
- ¿Y resulta efectivo? –pregunto-.
- Sa... es muy joven, pero es un gran profesional. Ha formado el único equipo en Madrid que opera con este sistema, y ha salido hace poco en el dominical de un periódico de tirada nacional. El otro día precisamente me lo encontré, y cuando le felicité por el artículo, como es tan modesto, no le dio nada de importancia, pero es un gran experto. Pensad que es una técnica que viene nada menos que de la NASA.
- ¿Y cuando podemos ver a Sa...? –preguntó Pilar-.
- Dejadme si queréis el PET, porque es muy probable que yo le vea mañana o pasado, se lo enseño, y a ver que opina. Con lo que sea os llamo, o me llamáis vosotros el jueves, para ver si tenemos alguna noticia.
-¿Corremos algún riesgo si esperamos demasiado?. ¿No le dará al bulto por crecer deprisa?.
-Hombre, no creo. Por lo que pone en el PET, no parece que tenga demasiada actividad. Se debe de tratar más bien de una metástasis muy localizada del tumor que tuviste el año pasado. No, no creo que pase nada por esperar un poco a que toméis la decisión. Siempre os queda la cirugía torácica, no lo olvidemos. Solo existe un pequeño inconveniente con la radiofrecuencia.
-¿Cuál? –preguntamos Pilar y yo casi al unísono-.
-Que no lo cubre vuestra sociedad.

Ya estamos otra vez. Después del PET, resulta que esto también lo vamos a tener que pagar de nuestro bolsillo. Al principio nos acojonamos un poco tanto Pilar como yo, pero cuando nos dice el precio aproximado de la operación, comprobamos aliviados que no resulta tan caro. Viene a costar poco más o menos lo mismo que el PET, lo cual no es muy comprensible, pero los designios de la medicina son inescrutables.

Así pues, le dejamos a G... todo el informe, y salimos con la convicción de que Pilar iba a demostrar una vez más lo fashion que era, sometiéndose a una operación de última generación.

8 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Felix, que interesante manera de relatar los avatares de tu esposa, y que interesante manera como ella se lo toma. Hace unos días un amigo que conocí en los foros me contaba que habían extirpado un tumor cerebral a su hija de 16 años. Antes de la operación todo era nervios y casi una tragedia, una semana después, la joven se recupera sin problemas y aunque se le había pronosticaado que quedaría con ciertos problemas en el habla y el oído, ella está perfecta.
Creo que, como dices en un artículo anterior, todo está en la fe. No en aquella que depositamos en un ente externo. Es la fe en nosotros mismos, es lo que me ha enseñado Waldek. ¿Recuerdas el ejército de hombrecitos que trabajaban día y noche en la recuperación de su pierna? Esa imagen mental la he tenido algunas veces cuando enfermo y es muy efectiva.
Algunos lo llaman milagro, pero yo creo que es la fe que debemos tener todos para saber que nuestro cuerpo cuenta con las herramientas para curarse, como cuando te abres la piel de un tajo y al poco tiempo sólo queda una cicatriz y luego nada.
¡Ánimo Pilar!, ¡ánimo, Felix!
Un abrazo,
Blanca

Anónimo dijo...

Hola Felixon:

Gracias de nuevo por abrirnos una ventana de tus vivencias. Mientras estaba leyendo he pensado que si Pilar no es de este mundo, algo se te habrá pegado, ya conoces el dicho.

Aguanta y lucha,

Con cariño

Basilio

Anita dijo...

¡Otra lección más! de generosidad, entereza y dignidad de Pilar. ¡Adelante campeona!.
Besitos.

Unknown dijo...

No se puede decir que llevéis una vida muy monótona que digamos ¿eh, amigos?
Admiro a Pilar; la fuerza y la entereza que demuestra al recibir cada nueva noticia es digna de admiración y elogio.
Dicen que cada persona tiene en su interior la fuerza necesaria para soportar lo que le venga encima, pero también hay que saberla soportar, aceptarla, y hacerle frente. Y Pilar, es de las que se enfrentan cara a cara al problema sin dejarse intimidar, sin aceptar sumisa lo que le venga. Ella le hace frente diciendo: “¿Pero tú que te has creído? No te quiero conmigo, así que será mejor que te vayas por las buenas o por las malas”. Creo que esa es la mejor forma de vencer ese mal, la mejor medicina. La propia lucha interior por expulsar a los invasores.
Me quito el sombrero ante ella. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Blanca, fíjate si recuerdo lo del ejército de hombrecitos trabajando en la pierna de Waldek, que cuando lo leí pensé automáticamente en el alien de Pilar. Tenemos fe, y luchamos. Tenemos altibajos, y cuando estamos en el bajo parece que todo está perdido, pero endeguida pasamos al alto, y ahí empezamos otra vez. A Pilar se le nota enseguida cuando está otra vez en el momento alto. Es clara y diáfana, al menos para mi. Es cuando empieza a hablar de una forma rápida, inquisidora, "pispoleta", como digo yo. Es cuando coge el teléfono para llamar a las amigas y empezar a vacilarlas sin ninguna compasión, o cuando me dice a mi "bueeeeeno...anda, anda, que no andas na", y cosas así. Desde que hemos regresado de Alemania está atravesando una fase de bajoncillo, porque se quedó sin defensas y medio deshidratada, la pobre, pero ya está otra vez levantando cabeza y poniéndonos a parir a los que la rodeamos, síntoma inconfundible de que está recuperando su naturaleza. Tienes razón, es la fe en uno mismo lo que mueve montañas, aunque muchos quieran disfrazarla de otras cosas.

Ja, ja, ja. Tienes razón, Basilio. A veces me miro en el espejo, para ver si me han salido antenas. Resulta curioso: crees conocer de sobra a una persona, y de repente te ocurre una cosa de estas, y cada uno se pone en su sitio. Yo me sorprendo cada día de reacciones de Pilar, ella se sorprende de reacciones mías, los dos nos sorprendemos de lo bien que se lo está tomando Sergio, con una madurez que no corresponde a sus todavía trece años (!! Todavía !!. Madre de Dios. Y ya me saca la cabeza...). No sé, es como si esa capacidad de sorpresa que estamos descubriendo ahora nos estuviera ayudando a sobrellevar mejor el asunto. Es complicado de explicar, pero todavía recuerdo la cara que puso Pilar cuando me vió llorar sin poder parar el día después de que le dieran la noticia. No acababa de creérselo, la pobre. Ni tristeza, ni dolor: su cara reflejaba sorpresa. Como la que puse yo cuando le contaba por teléfono los resultados del PET y me respondió de esa manera. Pues así andamos desde hace más de un año, amigo Basilio.

Gracias, Anita, por tu fidelidad a esta página y por el cariño que nos demuestras. Espero sinceramente que a ti te vayan también las cosas fenomenales.

MJesús, Has dado en el clavo al definir la forma en la que Pilar encara los problemas. Es así, justamente, y todos los que la rodeamos nos dejamos arrastrar, simplemente, por esa fuerza que no sabemos que donde nace (aunque creo que la presencia de Sergio es vital para mantenerla, qué quereis que os diga), pero que se renueva día a día. Son ya tres los episodios, aunque el blog esté actualmente por el segundo, y salvo los inevitables momentos de tristeza inicial, la entereza de Pilar ha salido a la luz enseguida. Es capaz de controlar sus emociones al milímetro, y eso trambién nos ayuda a los que estamos a su lado, a los que no nos queda otro remedio que ponernos a su altura, aunque muchas veces nos cueste. Porque muchas veces nos cuesta, no os quepa la menor duda, amigos.

Esta respuesta a vuestros comentarios podría haber constituído por sí misma otra entrada al blog, por lo larga que es, pero es que quería contestaros a los cuatro, porque me han encantado vuestros comentarios y vuestras palabras de ánimo y de apoyo. Sois estupendos, de verdad.

Un fuerte abrazo a los cuatro, mío y de parte de Pilar.

Víctor Hugo Escalante Razo dijo...

Mi estimado Felixon:

Me da mucho gusto saber que Pilar y tú siguen en la brega. No creas que he desaparecido; al contrario, sigo al pendiente de las vicisitudes de Pilar. Y deja decirte que te envidio un poco: hacen falta mujeres con la entereza de Pilar. Un saludo, y luego platicamos de lo que aún tendemos pendiente, amigo.

Anónimo dijo...

Ya me imaginaba que no te habías ausentado así como así. Pensé, simplemente, que estabas de vacaciones, y que más tarde o más temprano te ibas a reincorporar a esta historia. Ya sabes, estoy pendiente de tus indicaciones, amigo.

Un fuerte abrazo

Marilyn dijo...

Felixón, lo he leído y casi me hecho a llorar aunque no conocía a tu esposa. Ya quisiéramos mucho ser como era ella, tan luchadora, con tanta fe y confianza que te dejaba tranquilo. Era como para remover el mundo tu Pilar y su fuerza.
Cuídate mucho. Sé que no dejarás de ser quién eres porque ella siempre te acompañará en tus historias y tus brillantes reseñas. Ánimo.